lunes, 6 de enero de 2014

Luna en Géminis

Después de que el fuego hizo su primera explosión, luego de que la Tierra le dio al espíritu la noción del arraigo, llega el Aire, para hacerlo subir a las alturas. La Luna geminiana es sutil y móvil, etérea y penetrante. Es que se eleva y toma distancia para conocer el mundo.
Una Luna Geminiana transita plácidamente y sin ninguna dificultad entre el cielo y la tierra, porque su dualidad es innata. Todo en ella es por partida doble. Piensa dos cosas al mismo tiempo, hace dos cosas con simultaneidad, ama a dos personas al unísono y si no fuera porque las leyes físicas se lo impiden podría estar en la Tierra y en la Luna en el mismo instante. Su ductilidad le permite cambiar y transformarse minuto a minuto. Y lo hace, porque es una Luna curiosa e insatisfecha, que siempre quiere conocer algo distinto.
La información la seduce más que nada. Estar al tanto de las últimas novedades es su primer objetivo y transmitirlas el último paso. Nadie como ella para saber un poco de todo e inmediatamente comunicarlo. El conocimiento profundo no le interesa demasiado, porque carece de paciencia. Su vértigo interno la impulsa a la acción inmediata, ya que en la vida no hay tiempo que perder. Así como la Luna de Aries vive sólo el presente y la de Tauro piensa y se reserva para el futuro, la geminiana siente el movimiento temporal como nadie. Percibe, segundo a segundo. Ella, entonces, se trepa a ese movimiento perpetuo y lo hace propio. Por su ligereza es una magnífica polemista y una excelente reportera que siempre tiene a flor de labios la reflexión inmediata y la pregunta rápida. Poseedora de un humor excelente le apasiona aprender, enseñar, hablar, debatir, escribir y comunicar.
Generalmente despliega una actividad arrolladora, pues posee una vitalidad admirable. Le atraen los cambios y las modificaciones, por lo que es sumamente difícil someterla a la rutina. Nada puede aburrirla más que hacer lo mismo todos los días. Y si hay algo que detesta es el tedio. La vida se ha hecho para disfrutarla y divertirse, si no ¿qué sentido tendría?
Coqueta, simpática y seductora, es difícil que alguien pueda sustraerse a sus encantos. Ella lo sabe y hace uso de sus cualidades en todos los aspectos de su vida. Diplomática consumada puede convencer tanto con sus palabras como con una dulce caída de ojos en el momento adecuado. Es una vendedora eximia capaz de hacernos comprar lo que jamás hubiéramos pensado: sueños, ideas, palabras o un monopatín. Su habilidad para convencer va más allá de lo que se puede escribir.




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