lunes, 21 de agosto de 2017

Cómo duerme cada signo



Aries

Para los arianos dormir es perder el tiempo. Tremendamente inquietos y activos, para ellos la vida ha sido hecha para hacer cosas y no aceptan la idea de estar horas en una cama sin moverse más que para cambiar de posición.Duermen sólo lo necesario y, de hecho, es muy común que necesiten menos horas horas de descanso que otras personas. Pueden sobrellevar muy bien situaciones en que no se debe dormir y sólo pedirán descanso cuando estén exhaustos.



Tauro

Para tauro dormir es uno de los placeres sensuales de la vida. Son de esas personas que organizan todo de tal manera que puedan permitirse una siestita. Le dedican al sueño las horas necesarias, generalmente más que otras personas.
Valoran el descanso tanto como el trabajo. Pocas cosas les sacan más de quicio que levantarse apurados. Necesitan su tiempo para salir del sueño y tratarán de hacer que el desperar se vea 
coronado con un buen desayuno.



Géminis

Los geminianos necesitan más horas de descanso que el común de la gente debido al desgaste nervioso que tienen.
Sin embargo no suelen prestarle demasiada atención a las horas de descanso. Suelen ser los mejores candidatos al insomnio debido a su ánimo inquieto y a la continua actividad física y mental que mantienen. Como siempre están pensando en algo, les resulta sumamente difícil "desenchufarse" a la hora de dormir. De sueño liviano, es común que se despierten frecuentemente durante la noche y les cueste volver a dormirse. Por eso, son expertos en todos los métodos imaginables para conciliar el sueño.



Cáncer

Los cancerianos no suelen tener problemas para dormir. Los sueños tienen una gran importancia para estos seres de Agua, ya que a través de la actividad inconsciente pueden llegar a tener intuiciones muy significativas, incluso premoniciones. Los frecuentes cambios de humor característicos del signo los afecta también en este ámbito; pueden tener épocas en las que duermen como leones y otras en las que el sueño es tan liviano que les permite levantarse al primer sonido del despertador. En general respetan sus horas del sueño.




Leo

Los leoninos son muy activos pero también les gusta dormir y, generalmente, duermen muy bien. Aprovechan muy bien sus horas de vigilia, pero cuando sienten sueño no se puede contar más con ellos. Cuando son despertados intempestivamente, sus ataques de malhumor son temibles.
Metódicos en sus horarios de descanso, no les cuesta despertarse y, si algún ser querido necesita de su ayuda o un hecho inesperado requiere su presencia, saltan de la cama como felinos. en su dormitorio tendrán luces bajas, espejos, plantas exóticas y, por supuesto, sábanas de seda.



Virgo

El cumplimiento estricto de los horarios es característico de los virginianos, pero es muy común que las personas de este signo sufran de insomnio, ya que tienen a estar en estado permanente de preocupación. El hacerse cardo de demasiadas responsabilidad afecta su merecido descanso.
Saben tener el sueño muy ligeros y se despiertan con demasiada facilidad ante el más mínimo ruidito. Son los típicos que se quejan de que el goteo de la canilla no los dejó pegar el ojo en toda la noche.



Libra

Los libiranos son extremistas en su descanso; pasan por épocas de vertiginosa actividad, donde pueden olvidarse con toda tranquilidad de dormir, mientras que en otros momentos les resulta una proeza salir de la cama. A veces resulta imposible despertarlos y otras se tiran de la cama antes de que suene el despertador. El mundo se los sueños tiene una gran importancia. Para un libriano dormir no es una necesidad fisiológica sino una puerta de entrada hacia la felicidad, ya que en los sueños pueden experimentar la perfección y la armonía que esperan encontrar cada día y que, generalmente, no encuentran. 



Escorpio

Los escorpianos poseen una llamativa facilidad para tener pesadillas. Esto se debe a la intuitiva conexión que escorpio tiene con su inconsciente. muchas veces sus sueños pueden tener cualidad premonitorias, pero el autocontrol que mantienen hace que en ocasiones, ni siquiera permitan que estos pensamientos afloren. Aunque su sueño suele ser profundo pueden despertarse con facilidad y no les cuesta levantarse. Por lo general son bastante madrugadores.



Sagitario 

Para los sagitarianos lo importante en el descanso no es la cantidad de horas que duerman sino la calidad de las mismas. Generalmente necesitan dormir muchas menos horas que el resto de los mortales. Su personalidad enérgica y activa los llevar a estar en permanente movimientos, pero cuando caen rendidos en la cama, cuesta bastante despertarlos. Un día de remoloneo puede ser un placer enorme para los hijos de Júpiter. Lo que no se puede esperar de ellos es que duerman en un lugar incómodo, a medida que estén viajando, donde se adaptan a cualquier circunstancia.



Capricornio

Los capricornianos siempre se encuentran demasiado pendientes de sus obligaciones y responsabilidades como para permitirse demasiado tiempo de descanso. Y si alguna vez lo hacen, la culpa por no estar haciendo algo productivo no tardará en aparecer. La puntualidad es uno de sus rasgos más sobresalientes, por lo que pueden estar despiertos a la primera señal del despertador. Su sueño no es profundo.
Suelen dormir menos de lo que debieran, lo que puede afectar su equilibrio emocional. cuando ocurre, se muestran metódicos y respetan sus horas de reposo.



Acuario

Los acuarianos tampoco parecen necesitar demasiadas horas de sueño; incluso pueden ser los que menos tiempo les destinen. Sus ritmos de descanso son tan excéntricos como el resto de sus actividades. Duermen sólo para descansar de su incesante actividad mental pero, paradójicamente muchas de sus ideas más originales y creativas suelen venir de los sueños, aunque generalmente no establezcan una relación directa. De dormir liviano, cualquier estímulo puede despertarlos. El insomnio suele ser frecuente en las personas pertenecientes a este signo.



Piscis

A los piscianos les encanta dormir. Su regente, Neptuno, domina el ámbito del sueño, lo que suele notarse en las personas pertenecientes al signo. Para ellos no es sólo una necesidad física sino una forma de evadirse de la realidad, de vivir otras experiencias y frecuentar otros mundos.
Siempre llegan tarde si tienen que levantarse más temprano que lo acostumbrado, que de todos modos no acostumbra a ser muy temprano. Despertar a un pisciano puede ser una de las tareas más desalentadores que existen. Son de los que hablan dormidos, pudiendo mantener conversaciones enteras cuando en realidad están profundamente dormidos. Sus sueños pueden ser visionarios y premonitorios.







Fuente: Conozca a las personas según su signo (Angela Luz)

Rituales de salud, dinero y amor



Has recogido el conocimiento; los planetas y los elementos de la naturaleza en sus formas más puras, la vegetal y la mineral, vienen en tu auxilio.Gracias a las velas, emisarias de la luz y mensajeras del color, podrás invocar.

Para empezar, definamos qué es un ritual: 
-Un conjunto de procedimientos según leyes establecidas que siguen para alcanzar un determinado objetivo material, psíquico o espiritual.

El ritual, vale aclararlo, trabaja en los tres planos, movilizando energías que corresponden a los diferentes mundos, y nunca debe perseguir el mal de otra persona, si quieres mantener la cabeza en su sitio. Todos podemos hacer bien o mal. Lo cierto es que siempre esa acción tiene una consecuencia, en esta u otra vida, y muchas veces, más rápido de lo que se supone.

Unos de los requisitos indispensables del ritual es que el oficiante sea sincero y actúe desde la plenitud de su voluntad y de su mente. El Universo colabora cuando trabajas en forma fluida con él, pero tú debes estar en sintonía. si te sientes enfermo o disperso, cúrate en cuerpo y alma.

Para prepararte para un ritual, debes tomarte tiempo. Debes darle tu energía a los objetos que utilices, y si puedes fabricar algunos tú mismo, como los sahumerios u hornillos para quemar hierbas y esencias, las velas, el mantel, etc. Mantente concentrado en tu propósito mientras lo haces, imagina lo que deseas conseguir. Cuanto más completo y vívido sea ese cuadro que pinta tu mente, más fácil será que se haga real.

Una de las mejores maneras de concretar un pedido es escribirlo, con letra clara y prolija, en un papel. Esto no sólo agrega un elemento poderoso al ritual sino que, además, focaliza nuestros pensamientos.





Un ritual dura uno, dos, tres o siete días, consecutivos o no, de acuerdo con la necesidad de cambio solicitada. En cada uno de esos días se repiten todos los pasos, menos la unción de las velas con aceite.

Antes de iniciar un ritual hay que elegir el momento en el que las energías celestes estén a nuestro favor. Para hacerlo, puedes utilizar la guía de los días de acuerdo con el planeta con los rige. Así, si deseas hacer un ritual de amor, de pareja o familia, buscarás un viernes, día de Venus. Si se trata de suerte y fortuna, podrás invocar a Júpiter un jueves. Para mejorar el trabajo o comercio, le pedirás a Mercurio un miércoles, los asuntos legales los consultarás con Saturno un sábado, etc. También, cuando se trate de la salud de una persona, puedes invocar la energía sanadora a través de los planetas según la parte afectada del cuerpo ya que uno rige determinadas zonas, como ya hemos visto.

Otra posibilidad es elegir el día teniendo en cuenta el signo de la persona para quien hagas el ritual.





Domingo (Sol): obtención de favores de personas de alto rango, como jefes, riqueza, honor, fama, recuperación de cosas perdidas. Colores: amarillo y dorado.

Lunes (Luna): ritos de reconciliación, fertilidad femenina, sueños, amor y viajes. Color: blanco.
Martes (Marte): rompimiento de hechizos negativos, victoria sobre los enemigos, desarrollo del valor. Color: rojo.

Miércoles (Mercurio): salud, ciencia, estudio, desarrollo espiritual, comunicaciones, palabra escrita. Colores: morado y turquesa.
Jueves (Júpiter): obtención de honores, fertilidad masculina, amistad, suerte, éxito en la carrera elegida y cumplimiento de ambiciones. Colores: azul e índigo.
Viernes (Venus): amor, romances, gratificación sexual, fortalecimiento de la amistad y de los vínculos familiares. Color: verde vibrante.

Sábado (Saturno): protección contra el mal, ataques psíquicos, comunicación espiritual, y todo lo concerniente al hogar, juicios y disputas con personas mayores. Puede usarse el color negro, pero en los primeros rituales te recomendamos el verde oscuro.



También puedes utilizar las fases de la luna como indicadores. En Luna nueva (son las noches sin luna) no se aconseja hacer rituales de ningún tipo en magia blanca. Durante el cuarto creciente, son propicios los rituales para fomentar el crecimiento y la expansión, atraer el amor, favorecer la salud y conseguir bienestar económico.
Desde la Luna Llena hasta la luna nueva, es decir, con cuarto menguante, se obtendrá más éxito en los rituales para superar problemas, combatir enfermedades invasoras, suprimir malos hábitos o la influencia de malas energías, así como rechazar maldiciones o hechizos en contra. Hay algunos magos que evitan los tres primeros días siguientes a la Luna Llena.


Las horas del día más indicadas para realizar rituales son de elección personal. Existen horas asignadas a cada planeta, pero su especificación excede el espacio de estas páginas. Sí puede tomarse como reglas general que aquellos rituales de prosperidad y de energías positivas, los que manejen la salud o la vitalidad, y el dinero, funcionan mejor de día, en especial al amanecer o el mediodía. En cambio, los rituales que implican sentimientos, problemas o dificultades funcionan mejor al atardecer o de noche.

El lugar en que realices el ritual será, habitualmente en tu casa, aunque llegará un día en que podrás hacerlo en la casa de aquella persona a la que desees ayudar. Busca el ambiente más tranquilo y alejado de los ruidos, donde, en lo posible, no haya computadoras, televisores, ni equipos electrónicos -irradian constantemente radiaciones electromagnéticas, aún estando apagados-, con una ventana al patio interior, si lo tiene; o si no, el sótano, el desván o un cuarto al que la familia no entre a menudo.
Necesitarás armar tu "altar, que puede ser una pequeña mesa, una tabla apoyada sobre ladrillos o una cómoda. Cúbrela con un mantel del color que mejor vaya con tu ritual y, si dudas, utiliza el blanco.
Debes disponer un pebetero u hornillo en el centro, donde quemarás las hierbas con el incienso. Si no tienes uno, recurre a una taza grande de loza o cerámica, pero llénala hasta la mitad con arena para que absorba el calor. Un consejo: usa siempre como base resina de incienso, y agrégale otras hierbas específicas. Puede usar sólo incienso y mirra en todos los rituales.
Cuando no puedas adquirir incienso y hierbas, usa sahumerios de la fragancia que sea adecuada, pero recuerda que deben ser hechos con materiales naturales, que los sintéticos no dan resultado.
Por detrás del hornillo van las velas del color que necesites y en la cantidad que quieras - en general, sólo hacen falta una o dos-, y a sus costados, flores naturales puestas en agua, elegidas según las correspondencias explicadas antes. A tu derecha, sobre el altar, debe haber una pequeña botella con agua bendita que habrás conseguido en una iglesia.
Hay dos ingredientes que siempre debes tener a manos para favorecer tus rituales. Uno es la sal, ya sea molida o fina, que es la expresión de la sabiduría divina y actúa como "contra-demonios". Si no tiene agua bendita, bendice la sal como corresponda a tu religión y disuelve un poco en agua que previamente habrás bendecido.
Otro ingrediente útil es la miel. Puede utilizarla en rituales que invoquen armonía, prosperidad y abundancia. Ubícala cerca de las flores, sobre un plato; o pon un poco en las velas.





Al realizar un ritual, es recomendable utilizar ropa limpia de color blanco o azul, y estar bañado o lavarse bien la manos, con el fin de quitar del cuerpo las vibraciones negativas que podrían traer resultados contrarios al fin que se persigue.
Luego, antes de disponer todos los elementos en el altar, debes concentrarte, para transmitir tu energía a los objetos que has elegido. En algunas escuelas mágicas, las velas se untan con aceite preparado con diversas esencias, pero es mucho más accesible usar aceite de oliva. Otra opción, que puedes ir perfeccionando con la práctica, es fabricar tus aceites especiales agregando al de oliva un par de gotas de aceites esenciales adecuados al ritual, según ya aprendiste. Así, por ejemplo, para favorecer el amor, usa aceite de jazmín o rosa.

Para untar las velas, debes hacerlo con movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj, desde el centro hacia toda la parte inferior y luego, desde el centro otra vez, hacia la parte superior, para terminar con la mecha o pabilo. En este acto se fija tu influencia vibratoria. Imagina tu objetivo con intensidad mientras lo haces, o lee tu pedido, si lo has escrito.

Una vez hecho esto, cierra la puerta con llave o asegúrate de no ser interrumpido, y coloca los elementos en el altar, según ya hemos dicho. Con una ramita o cerillo de madera, enciende, en una mesita cercana al altar, una vela blanca aromatizada con la esencia que más favorezca tu capacidad mágica, o una adecuada a tu signo zodiacal. Para convocar hacia ti el poder, puedes escribir tu nombre en ella utilizando un escarbadientes. Medita unos minutos frente a ella y solicita auxilio de las energías que vas a convocar. Ahora estás listo.


Para que el dinero fluya y tu situación económica mejore, puedes usar un antiguo ritual con velas de miel, llamadas así porque están hechas con láminas de cera de abeja enrolladas. Suelen ser verdes (sobre todo, si se trata de un negocio o comercio que recién empieza) pero también pueden ser amarillas (cuando se trata de trabajo o situación financiera personal).
Para untarlas, usa unas gotas de esencia de incienso y mirra, diluidas en aceite de oliva. Es suficiente usar una vela grande, cuya base debes ablandar con calor, para adherirle una moneda. Tanto mientras untas la vela como mientras pegas la moneda, debes concentrarte en el pedido, imaginar que el dinero fluye, que las monedas se multiplican. Si deseas una cantidad en especial, tienes que fijar el número en tu mente.
Puedes elegir flores amarillas, de tono intenso, o usar sólo miel. Procede como hemos explicado antes, usando una vela aromatizada con incienso para concentrar su capacidad mágica. Cuando termines, deja que la vela arda hasta que se consuma a la altura de la moneda. Entonces, adhierele algunas monedas más, como para dejarla cubierta con ellas, y guarda esta vela en la alacena de tu cocina. El mejor día para realizar este ritual es el domingo, en cuatro creciente, y no se repite. 




Este ritual puede hacerse cualquier día de la semana, pero es preferible que sea en martes o domingo.
Los rituales de limpieza energética pueden llevarse a cabo en forma regular como "mantenimiento", o sólo cuando sean necesarios. Es aconsejable realizarlos en ambientes que tiendan a causar cualquier tipo de irregularidad o malestar, pesadillas, enojo, depresión, y también, si en el ambiente hay tensiones constantes, personas con depresión clínica, y cualquier circunstancia que tienda a almacenar energías negativas. En muchos casos, ante una sucesión de hechos desgraciados o rachas de mala suerte en una familia, este ritual consigue alejar las malas influencias de la envidia y los falsos amigos.
Antes de empezar, es fundamental que el ambiente esté limpio y ordenado. De nada vale una limpieza de las energías sutiles si no está acompañada del cuidado en el plano físico.
Uno de los rituales de limpieza más eficaces es el que procede de la wicca, antigua religión pagana celta. 
Para realizar este ritual necesitaremos:

•Una vela, preferiblemente blanca.
•Incienso de limpieza, compuesto por una parte de incienso, una parte de mirra, una parte de bayas de enebro, una parte de muérdago, una parte de salvia (puede reemplazarse por ruda), una parte de lavanda y una pizca de sangre de dragón (puede sustituirse por chile en polvo).
•Un mortero, o bols para mezclar incienso.
•Un incensario y carbón (puede reemplazarse por un bols con una capa de arena para aislar el calor),
•Un bols con agua y otro con sal, preferiblemente marina.

Mezcla en el mortero cantidad suficiente de incienso de limpieza para sahumar el ambiente que quieres limpiar, o toda la casa. Cuando estés listo para comenzar, enciende la vela y relájate lentamente, visualizando cómo toda la energía negativa sale de tu cuerpo con cada espiración. Es importante que una vez que hayas terminado de "limpiarte" internamente, visualices cómo toda esta energía negativa se quema y desaparece. 
Bendice el agua, la sal y el incienso. Enciende el carbón, pon a quemar parte del incienso y echa una pizca de sal en el agua. Comienza entonces a recorrer las esquinas de la habitación (o los cuartos de la casa) con el incensario, deteniéndote en cada rincón y "soplando" el humo del incensario, visualizando cómo se va expandiendo una luminosidad que empieza a envolver la casa. Debes detenerte en cada puerta y ventana, haciendo lo mismo.

Una vez que hayas terminado con el incienso, toma el cuenco con agua y sal y procede a rociar en la misma forma cada rincón.
El último paso es volver hacia el altar, o al espacio en que hayas comenzado, y sentarte nuevamente. Tienes que visualizar la casa o habitación envuelta en una luz radiante, y revisar mentalmente si queda algún espacio oscuro o en donde se conserve algo de negatividad. Deja que la vela se consuma hasta el final, y recién entonces puedes enterrar los restos junto con el residuo del incienso.





Los rituales para invocar energías curativas sobre otra persona deben realizarse con una enorme pureza de corazón, porque es necesaria una profunda meditación, a fin de hacer una buena elección de los elementos. El día inicial para este rito es el miércoles, y se repite cada domingo entre 3 y 7 veces.
Aunque el color de los rayos curativos es el azul turquesa, los más utilizados son los colores de la gama de los violetas, morado, lila y blanco, porque convocan energías menos frías. Si quieres apelar directamente a Mercurio, usa velas con tres franjas horizontales, una amarilla, una verde y una roja.
Las flores dependerán del padecimiento, lo mismo que la esencia. Si se trata de una enfermedad cerebral o nerviosa, deberás buscarlas blancas; si es de la sangre o el corazón rojas; si es respiratoria, azules...
Para un pedido general por la salud de tu familia, utiliza lavanda y laurel, como flor y como esencia para las velas y en el incienso. En la resina, puedes agregar sándalo (protección espiritual) y mirra (eterna juventud, lo incorruptible).

Una fórmula muy utilizada es la siguiente:

• Tres velas: una violeta, una blanca y una dorada. Esa última se utiliza para llamar a la energía del Sol. En las tres, graba el nombre del enfermo.
•Incienso con laurel, romero y sangre de dragón (salud, claridad mental y transmutación de lo maligno).





Hay una serie de encantamientos llamados Bolsitas de medicina, de conjuro, de magia, etc., que consisten en un saquito de 5cm de ancho po 7,5 cm de largo, fabricados en franela o gamuza roja. En uno de sus extremos, tienen un cordoncito para abrir y cerrar, que puede ser dorado.

Se utilizan con variados fines: para la pareja, el trabajo,el dinero y, por supuesto, como espantademonios. Forman parte de los llamados amuletos, porque están constituidos por elementos que simbolizan diferentes energías, pero se hacen para alguien en particular y se llevan encima, sujetos a la ropa interior, en un bolsillo o alrededor del cuello.

Siempre llevan en su interior un número impar de artículos, de 1 a 13. Cada uno debe bendecirse en el altar, mediante un ritual con velas y flores acordes al pedido, y se deben ahumar en incienso y mirra.

Para un bolsito de protección puedes utilizar: 

•Magnetita, en trozos pequeños; malaquita y amatistas.
•Tréboles de cuatro hojas.
•Monedas, para atraer el dinero.
•Mirra, incienso, romero, laurel, "sangre de dragón" y grano de sal gruesa.
•Telas de colores adecuados a las influencias vibratorias que necesites: blanco, azul, violeta, verdes, etc.

Si realizas el saquito para otra persona, agrega un papel con su nombre en tinta dorada o azul, una fotografía pequeña o un mechoncito de su cabello.






Fuente: El Poder de la Magia- Amuletos, Hechizos y Conjuros (Dalix)