La tradición astrológica divide la esfera celeste en dos hemisferios por el horizonte, y en otras dos mitades por el meridiano, una oriental o ascendente, y otra occidental o descendente. Se forman, entonces, cuatro partes llamadas cuadrantes, cada uno de los cuales, a su vez, está dividido en tres partes iguales. Así se obtienen las doce divisiones a las que se ha denominado Casas, y que son las doces zonas de influencia relacionadas con la totalidad de la vida del hombre. Cada casa representa un campo de actividad. Los significados de las casas se modifican cuando los planetas las ocupan. Es importante darse cuenta desde el principio de que si no hay planetas en una casa no significa que no haya actividad en ésta. Ninguna casa está vacía, sino que cada una tiene un planeta que rige el signo que está en su cúspide.
Fuente: El poder de la magia- Amuletos, hechizos y conjuros (Dalix)
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